Profundizando en el sistema francés de estímulo a la I+D+i a través de los instrumentos basados en la financiación tanto directa comoindirecta, desarrollados anteriormente, a continuación se analizará su eficiencia y grado de penetración en la industria.
Según el Innovation Union Scoreboard publicado en 2013, Francia se encuadra en la categoría de «Innovation Followers«, ligeramente por encima de la media de la UE-27. Sus puntos fuertes se encuentran fundamentalmente en una elevada cualificación del personal enmarcado en actividades innovadoras (doctorados, tecnólogos, etc.) así como por el potencial de desarrollo en la creación de nuevos mercados y empresas de fuerte carácter innovador, permitiendo ellas compensar la principal debilidad de su sistema, esto es su sistema inversor fuera del marco de I+D+i.
Tomando como referencia el Índice Altran de 2013, el resultado es similar al anterior, ya que Francia ocupa el 6º lugar de potencial innovador, con un índice de 0,676 (este índice representa el grado de aproximación con el país de referencia, en este caso Suecia), viniendo de un 0,696 que tenía en 2012. Asimismo, en cuanto a la inversión del país en I+D con respecto a su PIB, presenta un 2,25% (2,24% en 2012), lo que le deja en un 7º lugar.
Tal y como se refleja en el 8º Eurobarómetro de la Innovación, realizado por AlmaCG, el 32% de las empresas francesas otorgan una importancia fundamental a la innovación como una de las respuestas principales a los desafíos empresariales que presenta la época actual, lo que va en consonancia de los números que presenta el conjunto del país en este ámbito.
El sistema de ayudas indirectas basado fundamentalmente en las deducciones fiscales a la I+D es comúnmente utilizado por las empresas galas; así en este mismo Eurobarómentro se constató que el 64% de los encuestados franceses lo emplean (las micropymes un 47%, las pymes un 66%, las grandes empresas un 74% y más del 92% de los grandes grupos innovadores).
Los últimos datos ofrecidos por el MESR (Ministère de l’Enseignement Supérieur) en relación con la aplicación de las deducciones fiscales (CIR) fue publicado el 17 de julio de 2013 analizando el ejercicio 2011, donde se reflejaba un ascenso hasta las 19.686 empresas y 5.170M€ de deducción. Su crecimiento sigue siendo estable si lo comparamos con las cifras publicadas en mayo de 2012, donde se mostraban los datos correspondientes el año 2010. En ese ejercicio, cerca de 18.000 empresas han aplicado las CIR (un 20% más que en 2008), por valor de 5.050M€.
Como se puede apreciar en la siguiente gráfica, esta tendencia positiva se mantiene desde el inicio de la aplicación de este instrumento, aunque bien es cierto que el ritmo de crecimiento va siendo ligeramente asintótico, tanto en el número de declarantes como de beneficiarios (en el que se eliminan las empresas filiales de los grupos con cuentas consolidadas):
En cuanto a la financiación externa para el desarrollo de proyectos de I+D, se ha evidenciado que presentan un impacto más significativo en las empresas francesas que la media europea; en relación con ello, en la encuesta realizada con motivo del 8º Eurobarómentro, el 50% de las empresas declararon un aumento en los trabajos de I+D en comparación con el 41% del resto de países encuestas. El 66% aumentó del volumen de negocio en nuevas ofertas (contra el 59%). El 70% afirmo un aumento en el número de innovaciones que llegan al mercado (mientras que el resto de países presenta un 60%). La reinversión directa en I+D y patentes son otras dos variables importantes para las empresas francesas, presentando un impacto más relevante que para las empresas encuestadas en el resto de países (40% frente al 36%).
Según el informe publicado en octubre de 2012 por BPIFrance, en el año 2011 se invirtieron 1.250M€ en 844 pymes, lo que supone un incremento de un 12% con respecto a 2010, que presentó un gasto total en I+D de 44.628M€ (según informe de INSEE). Otro dato revelador es el que arroja el informe de julio de 2012 de OSEO, así como en su página web, constatando que se han financiado proyectos de 84.000M€ por un valor total de 31.000M€ (un 5% más que en 2010), cerca de 2.000M€ para proyectos de I+D, 9.000M€ para inversiones, 12.000M€ para financiación junto con inversores privados y otros 8.000M€ en créditos financieros.
Conclusiones
A partir de todo lo anterior, se puede concluir que el sistema nacional de I+D se encuentra plenamente integrado e interiorizado en la industria, mostrándose como un sistema dinámico que busca dar respuesta a las necesidades empresariales, si bien presenta en ocasiones problemas operativos y de aplicación del mecanismo, así como la imposibilidad de considerar en este terreno las actividades de innovación tecnológica, a día de hoy sin apenas instrumentos realmente eficaces para su fomento.
Con todo, Francia sigue mostrándose como un país de referencia en materia de generación de conocimiento, con un progresivo aumento en el número de empresas que acceden al sistema, en el número de proyectos que son financiados y en las ventajas que aporta la utilización de estos recursos.