Dentro de la actual corriente de la innovación abierta que se ha impuesto en los últimos años, dado el cambio experimentado en la industria y en sus relaciones, se han encontrado cuatro necesidades nucleares alrededor de las cuales se ha ido organizando y estructurando las actividades de I+D, pudiendo cambiar el paradigma de una innovación cerrada vertical a una más horizontal con abundante intercambio de información entre la empresa y el entorno. Estos motivos son los siguientes:
1.- Poder comprender el entorno.
Gracias a contar con un sistema estructurado se podrá tener una visión de conjunto que permita a la organización identificar, conocer, interpretar y aplicar nuevo conocimiento de alto valor que se encuentre en el entorno, a partir de ciertos indicadores establecidos.
En una época con tantas fuentes accesibles de información diferentes, el riesgo de caer en la infoxicación y la sobreabundancia de información puede llegar a representar un problema que elimine la perspectiva y haga ingobernable la nave de la innovación.
2.- Poder incorporar nuevo conocimiento al estado de la técnica.
En combinación con lo anterior, la empresa se encuentra en disposición de desarrollar proyectos para generar nuevo conocimiento de forma ordenada, estructurada y coherente con los principios estratégicos establecidos. Para poder recoger, generar y transmitir nuevo conocimiento es fundamental tenerla organizada para que pueda ser transmitida y comprendida por el entorno. En este sentido, es claro que el poder determinar con precisión el punto de partida y el de llegada determinará calcular el grado de avance experimentado con el desarrollo de un determinado proyecto.
3.- Estructurar y asimilar adecuadamente el conocimiento interno y externo.
Tan importante es estructurar y organizar la información generada por los desarrollos internos como realizar un adecuado cribado, filtrado y priorización de la ingente información y nuevo conocimiento que proviene del exterior. En un proceso de innovación abierta, con un continuo intercambio bidireccional de información entre la empresa y el entorno, en el que los espacios colaborativos son el hábitat natural de la innovación, supone una tarea crítica poder delimitar y estructurar los procesos y los flujos de información, y determinar los límites entre conocimiento interno y externo, siempre de acuerdo a los principios estratégicos de la empresa en ese momento.
4.- Poder mejorar su posición en el mercado.
Gracias a tener un sistema convenientemente estructurado, la empresa no solamente podrá generar beneficios con el desarrollo de nuevos productos desarrollados por las áreas de I+D, sino también de conocimientos y tecnologías que finalmente no se decidiera desarrollar en su totalidad, ya que con el cambio de paradigma la empresa podrá obtener beneficios de los productos resultado de sus proyectos, de las licencias que haya podido generar a partir de la tecnología investigada, o incluso de los derivados de spin-off creadas al efecto.